Nos
situamos justo en la fecha en que se firma el edicto
de los Reyes Católicos por
el cual se expulsa a la población judía viéndose obligados a
cruzar las fronteras del reino dejando atrás su vida, sus bienes…,
no podían llevarse consigo ni oro, ni plata, ni joyas, ni dinero, ni
caballos…, aunque se les permitía convertirse al cristianismo y
conservar todas sus posesiones si así lo meditaban.
De
esta forma nos encontramos en Toledo con dos familias judías que van
a representar ambas opciones. La familia de Ivri que se convierte al
cristianismo para poder quedarse en su casa y para ello hacen todo lo
que sea necesario, y la de Efraim que no quiere renegar de su fe y
marcha a Flandes junto a su esposa y a su hija Iliana dejando no sólo
su hogar sino también un tesoro que pertenece a su fe y que han
dejado escondido en lo más profundo de su hogar con la esperanza de
regresar algún día a España y recuperarlo.
Los
años pasan y la hija de Efraim, Iliana, queda embarazada muriendo en
el parto en el que da a luz a Katrina, una mujer que será la
verdadera protagonista de esta novela. Una joven bella y valiente con
unas manos de oro para hacer preciosos encajes que son tan hermosos
que llamarán la atención del mismísimo archiduque que luego se
convertiría en rey de España, Carlos I, el hijo de Juan la Loca y
Felipe el Hermoso y nieto, por un lado de los Reyes Católicos y por
otro de Maximiliano I de Austria y María de Borgoña de quienes
heredó los Países Bajos. Katrina se convierte en algo más
que una amiga para el rey y esto le permitirá volver a España,
ocultando, desde que entra en palacio, su condición de judía, e
intentará en este viaje recuperar el tesoro guardado de su familia.
Una
novela de aventuras apasionante. Sus personajes están muy bien
perfilados. Sus páginas ocultan secretos que el lector estará
deseando revelar. Es, en fin, una novela repleta de acción, huidas,
intrigas, asesinatos y amor. Es muy fácil de leer ya que su autora
no se entretiene en formalismos literarios, llega al lector de una
forma muy directa no quitando, en ningún caso, calidad a la
narración. De hecho describe perfectamente la angustia de tantos y
tantos judíos que abandonaron su hogar sin dramatismos, de igual
forma que lo hace con la Inquisición y su cruel papel en esta
historia.
La
hilandera de Flandes es una novela más que amena. Cuando el
lector cree que la autora se ha olvidado de un personaje este vuelve
a la narración de una forma sensacional. En resumen, una novela
muy interesante que nos dará una lección muy entretenida de esa
época en que España sale de La Edad Media para entrar en un oscuro
Renacentismo que nunca acabó de fraguar en nuestro país.
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